Ple de 29 de febrer de 2016.
Conmemoramos el 8 de marzo con el carácter festivo y reivindicativo que el Día Internacional de las Mujeres entraña.
Un año más hacemos nuestro el concepto de Naciones Unidas sobre igualdad sustantiva que consiste en convertir la igualdad nominal de nuestras leyes en una igualdad real. Para alcanzarla, hay que actuar en tres esferas interrelacionadas: corregir la situación
socioeconómica en la que las políticas neoliberales han situado a las mujeres, luchar contra los estereotipos machistas , sexistas y todas las manifestaciones de violencia de género y trabajar el empoderamiento de las mujeres para fortalecer su participación y representatividad.
Para alcanzar la igualdad sustantiva, no sólo es necesario hacer más sino hacerlo mejor.
Debemos analizar los problemas desde la raíz y llamarlos por su nombre, encarar las soluciones y llamarlas por su nombre. El problema se llama discriminación, desigualdad, patriarcado, machismo. Un problema que va en aumento. En los últimos años se han disparado todas las brechas de género, decenas de mujeres son asesinadas cada año y también cada año aumenta el número de menores asesinados, hijos e hijas de maltratadores. El discurso machista campa a sus anchas y se han hecho habituales los hostigamientos a las feministas y las defensoras de los derechos de las mujeres.
La solución a la profunda desigualdad entre hombres y mujeres se llama feminismo. Han sido muchos los intentos de eliminar la consistencia ideológica y la tradición política e intelectual del feminismo así como su larguísima lucha social. Es hora de hablar claro y de dar soluciones.
El humo y la confusión no son, no deberían ser, instrumentos políticos.
En estos años se han alcanzado muchas medidas: La Ley Integral contra la Violencia de género, la Ley de Igualdad, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo, la Ley de Dependencia, el Plan Concilia, el Plan de Educación 0-3, y la educación para la ciudadanía.
Todas las leyes, todos los avances fueron pasos decisivos hacia una sociedad más digna, más justa, más igualitaria aunque claramente insuficientes. Fueron cambios que mejoraron la vida de las personas, que mejoraron nuestra sociedad.
Y precisamente todo esto nos empuja a seguir reivindicando y proponiendo medidas que situen la igualdad como eje prioritario de actuación que además, se extienda de forma transversal al resto de acciones políticas y políticas públicas.
Siempre contra el machismo significa impulsar un gran Pacto institucional, Político y Social contra todas las violencias de género, un Pacto de Estado que consiga erradicar la manifestación más extrema de la desigualdad.
Siempre contra el machismo significa apostar por una economía de la Igualdad que elimine las barreras en el acceso al empleo, la permanencia y la promoción, que acabe con las diferencias salariales y la rémora histórica de que las mujeres se responsabilicen casi en exclusiva de los cuidados.
Siempre contra el machismo significa que sin mujeres no hay democracia. Queremos una democracia paritaria, una democracia participativa para la que es necesario realizar un nuevo pacto social que incluya a las mujeres. Un Pacto de Género que suponga el reconocimiento de
la plena ciudadanía y tenga por objetivo conseguir la representación equilibrada entre hombre y mujeres en todos los ámbitos, en todas las instituciones.
Siempre contra el machismo incluye acabar con la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, manifestaciones de la violencia de género. Incluye trabajar en la erradicación de una de las más crueles y esperemos últimas formas de esclavitud.
Siempre contra el machismo incluye construir un sistema coeducativo que garantice la formación en igualdad entre los sexos en todos los niveles (desde infantil hasta universidad), que incorpore los intereses, conocimientos e historia de las mujeres en el currículo, que
proporcione una formación afectivo-sexual que contemple la perspectiva de género y la diversidad sexual desde los primeros ciclos y enseñe a resolver los conflictos de forma pacífica y no sexista, de manera que sea la mejor prevención contra la violencia de género.
Siempre contra el machismo significa defender la libertad de elección de las mujeres sobre su maternidad, reconocer y respetar los derechos sexuales y reproductivos.
Lo decía Clara Campoamor cuando pedía el voto femenino: “la República no puede defraudar a las mujeres”. La democracia, tampoco. La democracia no puede defraudar a las mujeres. Queremos una sociedad en la que las mujeres vivan libres de violencia. Una sociedad que
vamos a construir, en honor a todas las mujeres que lucharon por la igualdad , sin fraudes ni defraudaciones. Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.
Por la Igualdad real y efectiva !!!!